El Camino Internacional

La mente renovada

Josué 1:8 y 9:
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.

Salmos 119:129 y 130:
Maravillosos son tus testimonios; Por tanto, los ha guardado mi alma.
La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.

Proverbios 2:1-5:
Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti,
Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia,
Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz;
Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros,
Entonces entenderás el temor
[respeto] de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios.

Proverbios 3:1 y 2:
Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;
Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán.

Proverbios 3:5 y 6:
Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.

Isaías 26:3:
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Romanos 12:1 y 2:
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

II Corintios 10:3-5:
Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne;
porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

Efesios 4:21-24:
si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,
y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Filipenses 2:5:
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.

Filipenses 4:8:
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Colosenses 3:1 y 2:
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Santiago 1:8:
El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

Santiago 1:22-25:
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.

Santiago 4:7 y 8:
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.

I Juan 2:3-6:
Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.